Aun cuando existen embarcaciones con bomberas en la zona las autoridades portuarias o no las llamaron o no acudieron
Los Cabos, B.C.S.- A pesar de que el Puerto marítimo de Cabo San Lucas forma parte del motor de la economía en el destino, este se encuentra con claras deficiencias, pues quedó en evidencia la improvisación para activar los protocolos de seguridad durante el incendio del yate “Grey” el pasado lunes, aun cuando existen embarcaciones con bomberas en la zona a las que nunca llamaron o no acudieron.
Tener el equipo adecuado por parte de las autoridades portuarias para solventar este tipo de daños, forma parte de las necesidades para poder ejecutar en el Puerto y la Marina, los protocolos de seguridad y contingencias, sin embargo, al parecer no existen o nunca aparecieron en relación a la ayuda para sofocar el incendio, dejando a la suerte un daño mayor a la ecología.
Si bien es cierto que los pasajeros y la tripulación recibieron apoyo de otras embarcaciones, ante la evidente necesidad, a la que después se sumaron elementos de la Estación Naval de Búsqueda y Rescate de la Secretaría de Marina Armada de México, la tripulación al parecer solo abandonó el yate a la deriva.
Sobre lo que ocasionó la quema, hasta ahora la empresa Otaduy Yachts, que comercializaba la lujosa embarcación, dio a conocer que el fuego se presentó en el cuarto de maquinas y que a pesar de contar con los certificados vigentes para sofocar incendios automáticamente, ocurrió el incendio al no activarse los extintores.
Otro de los errores visibles, fue que, al presentarse este incendio, las actividades acuáticas siguieron igual, de hecho, el incendio del yate se convirtió en un “atractivo” más al estar cerca de la bahía, donde las embarcaciones se estuvieron acercando a pesar de la peligrosidad.
Dicha peligrosidad radica en la posibilidad latente del derrame de combustible, pues después de más de 3 horas del suceso no había vallas de seguridad, las cuales aíslan el combustible en caso de un derrame.
Finalmente fueron los bomberos quienes gracias a que el yate fue arrojado por las corrientes marinas y la marejada a una zona pedregosa a la altura de la zona residencial de Misiones, pudieron acceder vía terrestre y trabajar en el siniestro a pesar de no contar con los materiales adecuados para este tipo de emergencias, de otra manera el yate simplemente se hubiera consumido y el daño a la ecología hubiera sido mayor.
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