Los Cabos, B.C.S.- A pocas horas de que se cumplan las 72 horas promedio para que una persona atrapada en escombros tenga mayores oportunidades de sobrevivir, tras el sismo de 7.1 en la Ciudad de México, Estado de México, Puebla y Morelos, han comenzado a ventilarse los problemas que son simplificados con la palabra “Corrupción”, pues los damnificados y los familiares de las victimas comenzaran a vivir una similitud como la que se vive en Los Cabos tras T.T. “Lidia”, donde las licencias de construcción y permisos de protección civil otorgados en los últimos años en los edificios colapsados serán tela de juicio.
El trabajo posterior a la tragedia en las ciudades afectadas por el sismo de 7.1 del 19 de septiembre, aunadas al sismo de 8.2 el 07 de este mismo mes y año en Oaxaca y Chiapas, así como el paso de la Tormenta Tropical “Lidia” entre la noche del 31 de agosto y 01 de septiembre en Los Cabos, se resume en las necesidades de reconstrucción y reubicación; pero que al menos al paso de los días y las semanas en Los Cabos no se han visto resultados, y cada vez pareciera va quedando en el olvido.
Personas y familias en todas y cada una de estas ciudades han expresado sentirse defraudadas, pues algunos de los edificios colapsados eran departamentos que se habían vendido “con la mejor tecnología”, y al colapsarse se han visto las deficiencias de construcción, y materiales de mala calidad tal como ocurrió en los edificios colapsados en Chula Vista y Puerto Nuevo en nuestro municipio, quienes de buena fe adquirieron a través de créditos hipotecarios como Fovissste e Infonavit lo que sería su hogar, pero que debido a que están asentados en cause de arroyo, se han quedado sin nada y su deuda continua vigente.
Lo significante y aterrante a la vez después de las tragedias y pérdidas humanas en todas y cada una de estas ciudades mencionadas, es que el gobierno fue sobrepasado para atender a los ciudadanos afectados y damnificados, pues la ayuda humanitaria por parte de la ciudadanía ha estado excesivamente sobrada ayudando como voluntarios y como benefactores, dando nuevamente fe de la solidaridad de los mexicanos en estos sucesos, pero de los gobernantes esperan soluciones.
Los fenómenos naturales han sido y seguirán ocurriendo en el mundo, en México y en Los Cabos, algunos como las tormentas y huracanes serán previstos y otros como los sismos simplemente se encenderán las alertas cuando se tiene prácticamente el fenómeno encima, pero las tragedias y la destrucción masiva será menor cuando se respeten las reglas de construcción, y en nuestro caso muy particular no se permitan asentamientos humanos en zonas irregulares.